COP23 está acaparando la atención de diversos medios, y no es para menos, la urgencia de implantar medidas serias y ambiciosas para frenar el cambio climático es cada vez mayor. La solidaridad entre países es primordial. Pensar global, actuar de forma local.
Solidaridad es, precisamente, el lema de esta nueva edición de COP, siglas que se refieren a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Un nombre tan grande como el problema que le ocupa, ya que afecta a todos los ámbitos de la vida humana (y del resto de especies).
Las estadísticas recogidas en los últimos años reivindican la importancia de esta cumbre. Hace unos días, se comenzaba a anunciar que el 2017 va a convertirse en uno de los tres años más cálidos de la historia. Este dato era esperable para algunas personas pero otras se sorprenden y tiran de memoria sin recordar un mes de octubre tan caluroso, y es conveniente analizar más allá de lo anecdótico que hayamos estado hasta hace muy poco en manga corta o disfrutando del sol en alguna terraza en pleno mes de octubre y a comienzos de noviembre. Quizá no lo hayamos vivido directamente, pero sí visto en los medios: huracanes como el de Irlanda, fuertes lluvias en zonas como Nepal, Colombia o Perú, sequías en África, incendios forestales provocados que tienen una mayor incidencia por las temperaturas, etc.
El pasado lunes 6 de noviembre comenzó la COP23, evento que se prolongará hasta el 17 de noviembre. Este año se está celebrando en Bonn (Alemania), y parte de varias premisas, entre ellas, la de elaborar un diagnóstico sobre el estado en el que se encuentra el Acuerdo de París (en vigor desde noviembre del año pasado). El presidente de esta cumbre es el primer ministro de Fiji, país en el que residen 10 millones de personas. Según estudios de las Naciones Unidas, 1,7 millones de personas de Fiji podrían convertirse en refugiados climáticos en 2050 para lo que quedan ¡¡menos de 33 años!!
Con anterioridad a la COP23, se celebró la Conferencia de la Juventud (COY13), sobre la que ha habido menos difusión. Más de 1.300 jóvenes se reunieron del 2 al 4 de noviembre en un colegio de Bonn, porque la acción climática no tiene edad, está generación será una de las que más sufra las acciones que se están llevando a cabo hoy y aún se pueden hacer muchas cosas frente al cambio climático…
Debatir e introducir nuevas medidas para su mitigación.
Cuestionar el sistema económico y apostar por un nuevo modelo como el que defiende la economía circular.
Implantar políticas que protejan nuestro entorno, donde se premie a quién reduce su consumo, es más sostenible y evita generar residuos.
El cambio climático también da la oportunidad de reinventarse, de pensar en mejores formas de producir y pasar a establecer negocios caracterizados por su contribución a la comunidad y su preocupación por el medio ambiente. Tenemos un reto: aprovechar las nuevas tecnologías con los recursos finitos de nuestro planeta, cuidando de el y haciéndolo más habitable porque no olvidemos que nuestro impacto local tiene una repercusión global.
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