Consumo responsable no significa reducir los caprichos para que la compra no tenga un impacto tan grande en la cuenta bancaria. Con lo que sí tiene que ver es con personas concienciadas, con la huella que dejamos en el planeta, y el interés en un estilo de vida que permita disfrutar del entorno sin dañarlo.
En el consumo responsable no se consume, sin más. No se valoran alternativas según relación calidad-precio, sin más. No se deja la persona llevar por una particular inclinación hacia un producto, sin más.
El consumo responsable exige pensar de forma crítica antes de comprar. No basarse solamente en la calidad o el precio del producto. Es ir mucho más allá, es indagar sobre su forma de producción, procedencia, materiales usados, transporte, impacto en el medio, packaging utilizado, posibles residuos que generará…
El consumidor/a responsable es un consumidor informado/a, que hace uso de ese pensamiento crítico a la hora de tomar la decisión de compra. Da igual que sea un producto del super o un servicio, cosmética o un libro, moda o un coche. Sabe que su elección de compra tiene influencia en su entorno local, pero que a la larga y con la suma de más personas tiene efectos globales positivos. Quiere construir un mundo mejor, más sostenible, igualitario y justo. Piensa por tanto en el triple balance: social, ambiental y económico.
De que hablamos...
¿Qué es consumo responsable?
- Consumo ético: ¿necesitamos el producto realmente? ¿es mayor su coste que su beneficio? (entendiendo coste más allá de la repercusión económica en nuestro bolsillo, teniendo en cuneta el coste de impacto sobre el medio)
- Consumo ecológico: tiene en cuenta al medio ambiente, cómo afecta el sistema de producción utilizado en el producto o la cantidad de residuos que genera y su tipología.
- Consumo solidario: un tipo de producto muy reconocido es el que proviene de “comercio justo”, aseguramos así que han sido justas las condiciones de las personas que han trabajado en la elaboración del producto. Uno de los sellos más conocidos es el de Fairtrade, otros también tienen en cuenta que se ha producidos en condiciones de igualdad de género, no hay explotación infantil, etc.
Y se concreta en ciertos hábitos de consumo…
Km 0
Incentivar los productos locales, para reducir los tratamientos especiales a los que son sometidos los productos que deben recorrer grandes distancias para llegar a nuestra mesa, y para reducir el impacto a nivel de CO2, del transporte.
Productos de temporada
Muy relacionado con lo anterior, habrá alimentos que vengan desde muy lejos, porque en los países en los que se producen tienen en esos meses unas temperaturas que posibilitan la cosecha. Otros alimentos que no son de temporada, habrán sido conservados en cámaras dado que estamos pretendiendo acceder a ellos en unas fechas que no encajan con el ciclo natural. OCU lo pone fácil en este enlace: Calendario de Frutas y Verduras.
Las 4 R
Reducir el consumo, reutilizar, reciclar y… recuperar. Se puede hacer mucho con lo que hasta ahora hemos considerado residuos. ¿Unas zapatillas hechas con botellas de plástico recicladas? ¿Un bolso hecho con viejos neumáticos? No es ciencia ficción, son algunas ideas que han sido llevadas a la práctica desde los planteamientos de la economía circular por diversas empresas y ¡están funcionando! A nivel hogar, si usamos productos de usar y tirar, busquemos aquellos que tengan un menor envasado o que sea realizado con materiales compostables. Si cocinamos y nos sobra comida, y está en buen estado, un hábito de consumo responsable es no tirarla y hacer recetas de aprovechamiento.
Movilidad sostenible
Menos coche, más metro, autobús, bicicleta, patinete o ¡andar! El transporte público podrá tardar algo más que el coche, a veces, pero sus beneficios siempre lo superan. Otra solución más sostenible es compartir trayecto en el coche, como lo que proponen distintas plataformas. Y, en cuanto a lo de andar, si es una distancia razonable, tiene muchas ventajas para la salud propia, y del medio.
Eficiencia energética
¿No estamos usando un aparato? Entonces, lo apagamos. Podemos invertir en aislamiento térmico, poner doble acristalamiento, instalar energías renovables en nuestras viviendas, oficina o tienda, poner la calefacción sólo a horas clave y regularla a unos 20ºC. Cuando cocinemos, tapemos la olla o la sartén para que la cocción sea más rápida, y usemos una olla acorde al tamaño de lo que vayamos a cocinar, no mucho más grande. Respecto a la iluminación, siempre que sea de bajo consumo, las bombillas led tienen una larga duración y su consumo se reduce ya que su eficiencia energética es del 90%.
Uso responsable del agua
Cortar el grifo mientras te cepillas los dientes, o enjabonas los platos, recoger el agua de la ducha mientras esperas a que salga caliente… Sabemos que son cosas muy básicas, pero los pequeños detalles… cuentan.
No dejarse llevar por los precios
Las ofertas tientan, pero no siempre reflejan la realidad que creemos y son engañosas. Además, un precio bajo es sólo eso, un precio bajo, porque puede que todas las demás características del producto y de su producción… no nos interesen.
Marketing de las empresas verdes y sociales
El marketing sostenible, marketing verde o marketing social trata de dar coherencia en el mensaje de las empresas que tienen un sentido estratégico de triple balance, en el que la parte económica (como en cualquier negocio) toma gran protagonismo, pero sin olvidar el equilibrio con la parte ambiental (productos y servicios verdes, desarrollados con criterios ambientales) y social (comercio justo, condiciones laborales favorables, inversiones en nuestra comunidad, etc.). El mensaje pasa entonces a tener unas connotaciones no solo marketinianas o comunicativas, y entra en juego la divulgación, sensibilización y concienciación, cambiando el modus operandi de las transacciones empresa-persona, poniendo el foco en un comprador consciente que tiene no solo necesidades físicas que resolver, sino también emociones y sentimientos.
En Verdes Digitales, agencia de comunicación y marketing en sostenibilidad, trabajamos día a día en proyectos verdes y sociales que precisan de un plus en su forma de comunicarse con sus potenciales clientes y compradores porque tenemos productos y/o servicios que tienen un toque ambiental y social que nuestro cliente debe conocer.