En la “nueva normalidad” que nos ha tocado vivir por el dichoso bicho hemos notado de forma exponencial una transición digital de muchas empresas, tanto en sus procesos internos como en su manera de crear productos o servicios, y claro está, de comunicarlos y promocionarlos.
En este post queremos, de alguna manera, trasladaros nuestras sensaciones y experiencias vividas en estos meses, en el acompañamiento a diferentes organizaciones, en ese trabajo de aceleración digital o transformación digital de diferentes partes de sus ecosistemas.
De que hablamos...
Caso 1. Una asociación aprovecha la nueva normalidad para probar a realizar un evento digital
Hace unas semanas nos contactó una asociación nacional del mundo de la sostenibilidad pidiéndonos ayuda para diseñar de forma efectiva un evento digital que llevan años haciendo de forma similar y en estas fechas en presencial.
La clave, más allá de trabajar en una propuesta que funcionase igual de bien en digital como en físico, era hacer entender al cliente que con esta nueva normalidad su chip debía cambiar, que las reglas del juego iban a ser diferentes. Las dinámicas, las conferencias, los work-café o mesas de trabajo debían tener unos tiempos y formas muy diferentes a lo vivido en años anteriores. Pero también la moderación de salas, la recepción de invitados e invitadas, la difusión y captación de participantes; por no hablar de la gestión de presupuestos, que suele confundirse y creer que en digital es menos inversión que en presencial, porque te ahorras alquiler de espacios o catering.
Lo que se olvidan es que deben hacer otro tipo de gastos: publicidad online, landing page de captación, licencias en plataformas para eventos, cámaras, micros, y claro está, nuevos y nuevas profesionales del mundo audiovisual, técnicos/as, diseñadoras/as, etc.
Caso 2. Me dedico a dar formaciones presenciales y quiero probar a realizarlas en online
En este caso se trataba de un cliente de toda la vida de la agencia que con esto del COVID y la nueva normalidad se había puesto las pilas, en una cosa que tenía años barruntando, en digitalizar algunos de sus servicios, como es el caso de las formaciones.
Aquí las claves para el éxito pasaban por varias fases: la primera, testear que sus formaciones presenciales seguían teniendo fuerza y sentido en digital, ya que se pierden algunas cosas interesantes que solo pueden pasar en una sala física; la segunda, ver qué estrategia de comunicación y marketing digital debíamos seguir para lograr nuevas ventas del servicio.
En este caso, no solo cambia el modo de realizar la formación, es que implica también un cambio en el posible público objetivo, ya que ahora podían hacer formaciones con participantes de todo el mundo sin necesidad de pagas vuelos, trenes u hoteles. Al final, esta transición digital deja al descubierto nuevos potenciales de su servicio y nuevas formas de gestionar la empresa.
Caso 3. Nuevos tiempos, nueva imagen de marca
Otra de las cosas que nos ha ocurrido es ver como muchas organizaciones han tomado estos meses para repensar, no solo algunos de sus productos o servicios, como veíamos en el caso anterior, sino también en su modelo de negocio, en su imagen de marca, en sus valores y objetivos a corto y medio plazo.
Es importante, tanto a nivel profesional como personal, tener tiempos para parar, pensar, ordenar ideas y avanzar de manera más óptima.
En este caso, el cliente tenía claro que llevaba muchos años evolucionando como empresa pero que no se estaba trasladando ese cambio en la visión, misión e innovación en su imagen de marca.
Aprovechando esta nueva normalidad trabajamos en dos fases: la primera, codiseñando un nuevo storytelling de marca, más coherente con su estado actual; y una segunda, más de diseño, en la que hicimos un rebranding completo, rediseño del logo (en este caso nada continuista), creación de un manual de marca (colores, aplicaciones, tipografías, etc.) y claro está todo eso llevarlo a sus diferentes espacios comunicativos, tanto online (web, redes, blog, presentaciones, infografías, newsletter, etc.) como offline (furgoneta, oficinas, tarjetas, carpetas, etc.).
Como podéis ver, en los tres casos se ha transitado hacia lo digital, pero de una manera estratégicamente trabajada. Son tiempos difíciles, y las organizaciones están viendo que deben ir adelantando pasos hacia un mundo cada vez más volátil, incierto, cambiante y ambiguo – los entornos VICA – para lograr ser más resilentes e innovadores.