Claves para una comunicación inclusiva

1. f. Acción y efecto de incluir. Esa es la definición, según la RAE de la palabra inclusión. Pero ¿Incluir qué? ¿Incluir a quién? ¿Profundizamos un poquito más sobre esto? Porque si algo tenemos claro desde la agencia, es que la comunicación inclusiva es clave (y cada vez más demandada) para cualquier proyecto. Pero si además, te dedicas al mundo social, no puedes olvidarte de ella ni un momento.

Y no, antes de que vayas corriendo a mirar el calendario, no estamos en marzo, no es julio, ni se acerca ningún día internacional contra la discriminación hacia algún colectivo vulnerable. Es, simplemente, que creemos que este post es muy necesario. Y lo es en cualquier época del año y en todas al mismo tiempo.

¿Qué es la comunicación inclusiva?

A veces, cuando hablamos de lenguaje inclusivo, nos centramos únicamente en lo que se refiere a lenguaje sexista, en esos micro (o macro) machismos que aún en pleno siglo XXI escondemos tras las palabras, pero esto va mucho más allá. Si tú quieres hablar únicamente de la igualdad entre géneros, te dejamos algunos trucos para un lenguaje no sexista. Pero si te interesa conocer más sobre todos los ámbitos que existen cuando hablamos de comunicación inclusiva y el poder que tiene la manera en la que hablamos y escribimos, quédate, que esto es para ti.

Hablamos de lenguaje inclusivo cuando no discriminamos a nadie, es decir, cuando al comunicarnos, tenemos en cuenta a todos los posibles receptores de nuestro mensaje: hombres, mujeres, personas con discapacidad, personas racializadas, pertenecientes al colectivo lgtb+… Y podríamos seguir enumerando hasta el infinito y más allá.

Bienvenidos a este post. Pero este título no es inclusivo.

Efectivamente, como ya te hemos adelantado al principio del post, ese bienvenidos no termina de ser inclusivo. Y es que George Steiner ya lo dijo una vez: lo que no se nombra no existe. Nadie puede negar la existencia de las mujeres pero ¿por qué parece que han desaparecido cuando hablamos de colectivos? Cada vez somos más conscientes de esto y cada vez buscamos más adaptar nuestra manera de hablar a los tiempos que corren, pero las soluciones no siempre son las mejores…

Lo sentimos, escribir bienvenidxs o derivados, tampoco es una buena opción.

¿Cómo? ¿Por qué? ¡Si todo el mundo lo hace! Ya, sabemos que todo el mundo lo hace, pero también sabemos que hay muchos tipos de receptores y que es probable que, entre las personas que se topan con tu mensaje, alguna de ellas sea invidente y utilice un asistente de voz para leerte. ¿Has probado a escribir bienvenidxs en el traductor y reproducir cómo lo dice? No resulta muy cómodo ¿verdad? Pues imagina encontrarte con ese mensaje cada pocas palabras.

Y sobra decir con esto que, por supuesto, el @ no es que sea la mejor solución y escribir bienvenidos/as tampoco termina de ser completamente accesible para personas que utilicen estos asistentes de voz.

Entonces ¿Qué podemos decir para que la comunicación sea inclusiva tanto a nivel género como para personas invidentes?

• Hablamos de personas o colectivos
• Cambiar o eliminar artículos y pronombres con género
• Omitir el determinante ante sustantivos comunes
• Si no podemos hacer ninguna de las anteriores, hablar de hombres y mujeres en dos palabras distintas

Vale, todo esto ya -más o menos- lo dominamos. Y si no es así, San Google tiene muchísimos artículos muy interesantes y completos sobre cómo incorporar nuevas formas de utilizar el lenguaje para ser más inclusivos pero…

Las palabras no son la única forma de comunicación

¿Qué hay de las imágenes? ¿Qué pasa con los videos? ¿Una web comunica? Todo, absolutamente todo lo que hacemos, decimos o mostramos comunica algo. Así que si, la comunicación inclusiva va más allá de referirnos al ser humano en lugar de al hombre… Te explicamos por qué.

Vamos a empezar por algo que ya nos es medianamente familiar: los videos con subtítulos. Más allá de que estés con otras personas cerca y quieras enterarte de lo que se comenta en el video sin poner el volumen al máximo y molestar a quienes te rodean, los subtítulos cumplen una función esencial en un video: Acompañan al audio permitiendo que las personas sordas o con problemas de audición entiendan perfectamente lo que se comenta en el mismo. Así que si, utilizar subtítulos también es inclusivo.

Tanto es así, que muchos usuarios utilizan en sus redes sociales las herramientas que éstas nos proporcionan para subtitular lo que dicen. Y, como no podía ser de otra forma, incluso Instagram está empezando a implementar subtítulos generados de manera automática en los contenidos que se publican.

Pero la comunicación inclusiva va mucho más allá. Cuando publicamos imágenes en redes sociales (no nuestras, sino de grupos, colectivos, entidades…) ¿Pensamos en la cantidad de hombres y de mujeres que hay? El equilibrio entre ambos es fundamental, pero además, la disposición y el lenguaje no verbal de esas mismas imágenes también lo es.

Del mismo modo que resulta imprescindible huir de estereotipos cuando publicamos contenidos de bancos de imágenes. Es decir, que si vas a hablar de productos de limpieza, no busque la foto de una mujer limpiando, si vas a tratar otros temas como una reunión de trabajo, evita las imágenes compuestas por un alto porcentaje de hombres… Todo esto también forma parte de la comunicación inclusiva aunque a veces se nos escape.

Siguiendo en esta línea y si en tus redes sociales haces uso de imágenes libres… ¿Utilizas imágenes de personas racializadas? En este caso, debemos aplicar la misma lógica que con el tema del género. ¿O es que vivimos en un lugar en el que todo lo que nos rodea son hombres blancos? No, ¿verdad?

¿Otra forma de hacer nuestro contenido visual más inclusivo? Utilizar texto alternativo. Y no, no te estamos hablando de esto porque las plataformas como Google premien hacerlo, lo decimos porque de verdad añade un valor a lo que publicas, porque dice mucho de tu proyecto que inviertas tiempo en lograr que el mensaje llegue lo más nítido posible a todas las personas que lo van a recibir. Y esto no hará de tu imagen una forma de comunicación más inclusiva, sino que tu propia web se transformará.

Para terminar…

Se habla mucho de la comunicación inclusiva en lo que se refiere al género, pero aún queda mucho camino por recorrer. Está en nuestras manos generar conciencia y actuar en consecuencia para lograr una verdadera inclusión en todos sus formatos. Cuando hablamos de no discriminar, de hacer un mensaje accesible y de que todas las personas sean capaces de sentirse representadas, identificadas, escuchadas o, simplemente, tenidas en cuenta, hablamos de inclusión.

Así que ese es nuestro mensaje final y nuestro consejo para que hagáis de vuestros proyectos sociales o ambientales, proyectos con una comunicación inclusiva real: pensad en todos los posibles receptores que pueden llegar a vuestro mensaje y adaptarlo todo lo que sea necesario para que no resulte incómodo.

No nos volvamos locos ni locas, vamos a cometer errores, nos equivocaremos, se nos pasarán algunos detalles y a veces, incluso, nos veremos en la obligación de pedir disculpas, pero es un aprendizaje y nadie nace sabiendo. Buscar generar un mensaje claro y esforzarse por hacerlo cada día mejor ya es avanzar hacia un lugar en el que todas las personas nos sintamos cómodas.

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