Periodista especializada en comunicación y marketing digital, ha aterrizado recientemente en Verdes Digitales. Laura Martín llegó al mundo de la comunicación ambiental hace diez años por casualidad y se quedó para siempre. Obsesionada por cómo cambiar conciencias para lograr un mundo más sostenible desde el ámbito digital, desde entonces, ha trabajado en proyectos vinculados a la sostenibilidad y el medio ambiente, desarrollando labores de comunicación corporativa, social media o publicidad online.
De que hablamos...
¿Cuál es tu función dentro de Verdes Digitales?
Formo parte del equipo de contenidos, así que escribo, mucho, todo el tiempo, y desarrollo ideas para que todo lo que nuestros clientes tienen que contar a su audiencia se comunique de la manera más eficiente y atractiva. Estamos en un momento de sobresaturación de información y necesitamos crear contenidos que aporten valor al usuario, que quiera quedarse a escucharte, leerte o visualizarte. Algo especialmente relevante cuando hablamos de comunicación que busca concienciar, sensibilizar y provocar cambios.
¿Qué magia crees que aportas a la agencia?
Magia no sé, pero si tengo que destacar algo, las ganas que pongo para hacer grande cualquier acción en comunicación, por pequeña que sea. También mi capacidad y ganas de aprender, absorber y a partir de ahí crear y generar. Cuando conseguimos que el contenido conecte con una audiencia y ésta responda, eso, ESO SÍ QUE ES MAGIA.
Además, en mi opinión, en proyectos con perspectiva ambiental o social, el diseño y ejecución de una estrategia de comunicación digital sólo es posible cuando compartes determinados valores, cuando crees y compartes una manera de estar y entender el mundo.
¿Cómo descubriste la agencia?
Desde hacía tiempo seguía el trabajo de la agencia en redes sociales, pues el posicionamiento de Verdes Digitales como agencia de comunicación y marketing para proyectos sociales o ambientales es indudable y, al interesarme la comunicación vinculada al medio ambiente desde hace años, era cuestión de tiempo que se cruzara en mi camino. Sumarme ahora al equipo ha sido toda una oportunidad para continuar aportando mi granito de arena en proyectar estrategias que impulsen la sostenibilidad o que hagan crecer proyectos sociales.
Si no te dedicases al marketing…
¡Me encantaría ser librera! Devorar libros, organizar talleres y encuentros, conocer escritoras, … Como modo de ganarme la vida me parece una idea 10. Y tampoco me importaría tener una huerta a la que dedicarle las horas.
¿Cómo se cuela la sostenibilidad en tu día a día?
Siempre pienso que podemos hacer más, la verdad, pero en casa separamos los residuos, utilizamos la bicicleta para desplazarnos por la ciudad e intentamos reducir el consumo y consumir local. Soy una convencida de que estos pequeños gestos aportan.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Es una suerte trabajar en un espacio en el que cada proyecto nuevo es absolutamente inspirador y comprometido. En mi día a día, me encanta darle vueltas e investigar a fórmulas nuevas para contar las cosas y contribuir a dar voz a entidades, empresas o asociaciones que creen que la sostenibilidad económica, social y ambiental es posible. Además, disfruto mucho de la manera de trabajar en Verdes, de compartir ideas, consultarnos y proponer.
Si tuvieras que quedarte con un solo proyecto… ¿Cuál sería?
Difícil pregunta. Tooodos los proyectos vinculados a protección de biodiversidad, como Cetambición u Osos con Futuro, me encantan porque la perspectiva visual que se ha trabajado es impecable. Y de los que gestiono en mi día a día, Alnus es una pequeña empresa dedicada a la jardinería y el paisajismo a la que tengo mucho cariño porque, con el tiempo, me he hecho muy fan de las plantas y de los espacios verdes. Además, su equipo derrocha pasión por su trabajo y compromiso con la sostenibilidad, eso se transmite y también se contagia.
Shhh… Sabemos que no siempre estás trabajando. ¿Qué vicio tienes en tus ratos libres?
Con una “filliña” de casi tres años, tengo poco tiempo libre, pero disfruto especialmente los paseos y momentos en familia por la playa o el bosque. También cuando saco mi cámara y me pongo a hacer fotos, me ayuda a evadirme y a experimentar de otra manera. Dedicar tiempo a libros y películas (menos de los/las que me gustaría, no nos vamos a engañar) es otra tabla de salvación en el día a día.