Estamos inmersos en una era definitiva para el planeta. Cada vez es mayor la conciencia del consumidor respecto a lo que consume y acerca del impacto que genera en el entorno. Una forma de consumo sostenible y responsable que irrumpe como un cambio de paradigma hacia nuevo modelo en el que el coste ecológico es una variable a considerar, indiscutiblemente.
Hablamos del cliente consciente, un perfil que no ha dejado de crecer en los últimos años, especialmente tras la pandemia por la COVID-19, que transformó, para muchos, sus hábitos de consumo y estilos de vida.
De que hablamos...
¿Quién es el consumidor o consumidora consciente?
El cliente consciente es aquel que toma sus decisiones de compra en base a la procedencia del producto, a su proceso de producción o al impacto que su compra genera sobre el medio ambiente o la sociedad. Los consumidores responsables están concienciados y comprometidos, reflexionan y valoran antes de comprar.
Y este perfil no ha dejado de aumentar. La tercera edición de ‘La Red del Cambio: Un nuevo paradigma en el consumo, donde la consciencia gana al impulso’, estudio realizado por Kantar para Wallapop, señala que la compra consciente está presente en el 90% de los hogares españoles. En el mismo estudio, el 62% de los encuestados apunta que, al realizar una compra, tiene en cuenta factores de sostenibilidad, un dato que aumenta en el caso de las mujeres. Estos datos se repiten en el estudio ‘Otro consumo para un futuro mejor’, realizado por OCU en 2019: El 73% de los consumidores evita o prefiere comprar ciertos productos por motivos éticos o de sostenibilidad.
De este compromiso nace una “nueva” economía, sostenible, que abarca un amplio espectro de servicios, desde alimentación a finanzas, pero también movilidad u ocio.
Qué hace un consumidor/a consciente
Describimos algunos detalles:
- Busca consumir lo mínimo posible y reutilizar.
- Reflexiona antes de comprar.
- Se preocupa por el proceso de producción, por el origen de los materiales y el lugar de fabricación.
- Tiene en cuenta las condiciones laborales de quien produce o elabora ese producto.
- Valora el impacto económico, social y ambiental de su decisión.
- Se siente orgulloso y pleno de sus decisiones de compra.
- Marketing para llegar al consumidor responsable
Cuando el producto y servicio que se ofrece es responsable con el entorno ambiental y social, la estrategia para llegar de manera eficiente y eficaz al público objetivo no puede ser menos. Lo lógico (y habitual) es que las empresas que ofrecen productos y servicios valorados por el cliente comprometido, integren en su propia visión empresarial, en las estrategias y en los procedimientos estos valores compartidos.
También ocurre que, ante la situación de emergencia climática o de crisis económica, muchas empresas han ido incorporando, paulatinamente, valores de compromiso ambiental o social en los últimos años a sus estrategias. Se ha impuesto la lógica de una nueva forma de consumo responsable y ha sido este tipo de cliente el que define ahora este cambio estratégico. Es válido, y además necesario, que esto sea así. Y comunicarlo es igual de relevante si queremos llegar a este consumidor y consumidora responsable.
Sin embargo, en muchas ocasiones ocurre que el cliente no encuentra información suficiente que valide su compromiso o le faltan alternativas de compra consciente. Existe, por tanto, una gran oportunidad para generar una estrategia de marketing de éxito que comunique no sólo lo que queremos vender, sino también el compromiso intrínseco en la empresa. Lo que somos nunca fue tan relevante para llegar a nuestros clientes y potenciales clientes.
El cliente responsable, público objetivo bien definido
Para llegar a este usuario responsable hay una parte del recorrido ya avanzado, pues estamos ante un perfil que no necesita convencimiento –tiene claro que su decisión influye en el planeta y pretende apostar por empresas sostenibles que desarrollan su actividad en clave de triple balance-. Por ello, todas las acciones de marketing deberán enfocarse en llamar su atención, para que elija nuestro producto y servicio de entre la (cada vez mayor) oferta disponible, y fidelizar, logrando así que ese cliente se convierta en un auténtico prescriptor.
En este punto, es especialmente importante que nuestra estrategia de marketing nos diferencie como compañía u organización sostenible frente a aquellas basadas en estrategias de greenwashing. Aquí te explicamos cuántos tipos de greenwashing existen y cómo identificarlos.
Serán los valores intangibles de una compañía los que se sitúen en el centro de la estrategia de comunicación de la marca, para así conectar con este público, con sus necesidades y aspiraciones. ¿Cómo? Sencillo. Poniendo en valor, reforzando el compromiso ético y ambiental compartido entre organización y comprador o compradora. Este vínculo entre cliente y empresa debe integrarse en cada acción de comunicación para lograr conectar con el usuario a través de una narrativa que ponga el foco en la esencia (visión, misión, valores), en los que somos como entidad sostenible. Y decimos narrativa porque nos encontramos en un momento de hipersaturación (de información, de impactos, pero también de canales para llegar a nuestro público), que exige un especial cuidado del mensaje, de lo que contamos que somos, para garantizar que destacamos y nos diferenciamos.
En Verdes Digitales sabemos mucho de esto, de estrategias de marketing y comunicación para empresas sostenibles (de las de verdad). Así que si quieres que te contemos más, ¡ponte en contacto con nosotros aquí!