Para las fiestas navideñas las marcas se ponen las pilas: es una de las épocas en las que más ingresos generan, y la inversión en publicidad tiene que estar a la altura. Pero captar la atención de un público saturado de impactos publicitarios no es nada fácil. La creatividad es la mejor herramienta, así como apelar a las emociones y a los sentimientos. Por eso lo más sonado a nivel publicitario de las pasadas Navidades ha sido, sin duda, la campaña de marketing verde #NoPalmOilChristmas.
Ha llegado a ser viral tras un torpe intento de censura que impidió que llegara a las televisiones británicas. ¿La razón? Resultar «demasiado» política. Gracias al efecto Streisand hemos podido disfrutar de un spot de los que remueven conciencias.
El anuncio pertenece a la cadena de supermercados Iceland Foods, que apoya el proyecto de Greenpeace de lucha contra el aceite de palma. La compañía ha abandonado su uso, porque está poniendo en peligro la población de orangutanes en Indonesia. Y cuenta este hito, así:
En la línea del consumo responsable vs. el consumismo navideño, Sheridan Australia replantea de esta forma tan divertida nuestra forma de hacer regalos. La vuelta al «para toda la vida» es una forma de subrayar la durabilidad y, por tanto, la sostenibilidad de sus productos. Calidad es siempre mejor que cantidad; ya lo decía Patagonia en su mítica campaña Don’t Buy This Jacket.
Aunque no son de este año, los spots de WWF UK merecen una mención. Con #iProtectTigers (2016) nos enseñó que cualquier familia puede proteger a un tigre. El 2017, un elefante fue el protagonista de una campaña que es imposible que no emocione.
Al margen de las ONG y organizaciones medioambientales, las marcas cada vez se esfuerzan más por mostrar su compromiso medioambiental y social en su publicidad. Saben que las personas consumidoras cada vez somos más conscientes. El consumo responsable y la preocupación por las políticas de sostenibilidad de las empresas nos hace decantarnos por un producto u otro.
Por eso también es cada vez más frecuente encontrar críticas al consumismo, aunque sean sutiles. En esta línea hay unos cuantos ejemplos de campañas publicitarias que ponen en valor lo que de verdad importa, como el tiempo que pasamos con las personas queridas. Es el caso del anuncio de IKEA España de este año. O también, una cadena de supermercados alemán, que nos muestra esta visión antimaterialista de las fiestas navideñas:
El marketing verde ayuda a establecer relaciones de confianza y duraderas entre las marcas y sus públicos. Te interesa tanto si tu empresa se dedica al sector de la sostenibilidad como si no lo hace, pero está poniendo empeño en mitigar el impacto medioambiental de su actividad. Si es así —que debería— tienes que comunicarlo. El cómo lo haces es tan importante como el qué haces.
Mostrar de forma coherente las buenas prácticas del día a día de tu proyecto y comunicar mensajes inspiradores te ayudará a llegar más y mejor. Si buscas una agencia especializada en marketing verde, estás en el lugar adecuado. ¿Hablamos?