Un gif animado puede resumir cruentas batallas, apasionadas historias de amor, épicas hazañas. Bueno, o casi. Este formato tan simpaticote nos acompaña desde 1987, y ya no podemos prescindir de él. Lo que fue un apaño para enviar imágenes por una red primitiva sin que colapsara, es ahora un recurso imprescindible en la comunicación online. Y, para enriquecer todavía más nuestras interacciones —o empobrecerlas, según esos puristas que parecen más propensos a volver a la escritura cuneiforme que a ceder un poquito— tenemos los pegadizos memes.
Dejemos a un lado a los bebés inquietantes bailando, los plátanos dándole a la cadera o la arroba —o sobrecito de mail— girando a modo de “contáctame, tengo un blog”. Y tampoco nos metamos en determinar cuál es el primer meme de la historia. Mejor, vamos a centrarnos en nuestra década, los turbulentos años 20 del siglo XXI. ¿Qué es lo que los gifs animados tienen que ofrecernos en el mundo de la sostenibilidad? ¿Y qué hay de los memes como herramienta para el marketing verde? Veamos.
Dame un gif animado y moveré el mundo
¿Usar gifs animados en la estrategia de marketing de tu marca? ¡Pero qué invento es este! A ver, vamo a calmarnos. Seguro que ya les has sacado jugo y ni te has dado cuenta. Porque, un gif puede ser útil en muchos casos, anota:
- Para animar tu newsletter, ¡un poco de movimiento, por favor!
- Para responder a comentarios en redes sociales con un poco de chispa y favorecer el engagement.
- Para compartir infografías chulas con el contenido sobre medio ambiente que seguro que te curras con frecuencia. O no, pero estás en ello.
- Para mostrar de una forma visual y atractiva las bondades de tus productos.
- Para crear publicaciones que atrapen a tu público en Instagram, en Facebook o en Twitter. ¡Y si nos apuras hasta en Linkedin!
- Para transmitir varias ideas en un único mensaje y quedar como una reinona.
- Para contar cómo se hace algo, un proceso, cuáles son los pasos de equis.
¿Lo ves? No era para tanto. Los gifs animados son recursos muy útiles y versátiles, también en la comunicación medioambiental, faltaría más.
Piensa en lo potente que puede quedar tu mensaje y lo lejos que puede llegar si gusta y tu público se anima a compartir. ¡Lo sabe hasta la ONU!
Y la Comisión Europea:
¿Te suenan estos botoncitos? Un GIF es una muy buena manera de resumir los ODS:
Hay montones de ejemplos de organizaciones de todos los tamaños que incluyen gifs animados en su estrategia de marketing digital. ¿Tienes algo que contar? Trasládalo a un gif y comprobarás cómo mejoran tus indicadores en redes sociales. Y, si lanzas una campaña de concienciación, inclúyelos en tu web para que la gente se los descargue y comparta.
¿Y qué hay de los memes? ¿Qué aportan a la comunicación ambiental y social?
Para qué detenernos en glosar las maravillas del rollo meme, su capacidad de viralizarse y llegar a todos los rincones. Piensa un momento en cómo es tu público objetivo. ¿Tiene menos de 45? Entonces es carne de meme.
La realidad es que nos llegan, nos impactan, nos hacen gracia, nos animan a participar con nuestra cutre-versión y tendemos a compartir los más desquiciados, chocantes u originales. Si lo tuyo es la educación ambiental, no puedes prescindir de los memes como herramienta creativa.
Te acercarán a quien quieres llegar, impulsarán tu presencia en redes sociales, darán relevancia a tu marca y lograrás que la gente se identifique con ella. El combo que más triunfa en Internet es el de humor+opinión, y los memes lo tienen todo, papi. Echa un ojo a los que más se están moviendo y adáptalos a tu mensaje y a tu marca.
¿Necesitas ayuda para darle forma a los memes más cachondos y a los gifs con más ritmo? No te cargues con una tarea más y cuenta desde ya con Verdes Digitales para dar forma a la estrategia de marketing verde que estás necesitando.