Con el cambio al horario de invierno no solo retrasamos el reloj una hora, también comienza una de las épocas de más consumo desenfrenado de todo el año: el Black Friday y la Navidad.
La inversión en publicidad se dispara y empezamos a recibir miles de impactos diarios con descuentos agresivos, ofertas inigualables y un sinfín de posibilidades de compra, sobre todo procedentes de multinacionales.
Mientras que tú, que estás al frente o trabajas en una pyme, ONG/Asociación o proyecto socioambiental empiezas a pensar que si no te subes al carro del Black Friday vas a perder ventas, lo que con mucha probabilidad puede no salir como esperas si improvisas campañas (es decir, que no tienes una estrategia de negocio y marketing detrás).
Lejos de darte una respuesta de si/no, en este post encontrarás cómo afecta el Black Friday al medio ambiente y al pequeño comercio, además de algunas recomendaciones por si decides unirte a esta campaña con tu proyecto ambiental o social.
De que hablamos...
Las consecuencias del Black Friday en el medio ambiente y en el comercio justo
El Black Friday nació en Estados Unidos (¡cómo no!) para celebrar el inicio de las compras navideñas tras el Día de Acción de Gracias el último viernes de noviembre. A ello, se unió el Ciber Monday, que se celebra el lunes siguiente con superdescuentos en productos tecnológicos y electrodomésticos.
Sin embargo, desde hace unos años y gracias a la globalización, el Black Friday se ha convertido en una locura consumista internacional, donde las ̶g̶r̶a̶n̶d̶e̶s̶ marcas cierran el año con resultados económicos muy buenos. Además, el Viernes Negro no solo se resume a un día, si no que las promociones duran todo el mes de noviembre y empatan con la campaña navideña.
(Aquí es cuando nos damos cuenta de los grandes márgenes de beneficio con los que juegan el resto del año).
Esto tiene varias consecuencias nefastas para el medio ambiente. El consumismo (consumir de forma compulsiva) genera una mayor cantidad de residuos y un exceso de demanda, que conlleva a la necesidad de fabricar más productos y utilizar más materias primas, generando así un impacto ambiental enorme en el planeta (contaminación por emisiones, combustibles fósiles, uso de materiales poco sostenibles y no reciclables, nula o escasa gestión de los residuos, etc.).
Además, con estos descuentos los márgenes de beneficio son menores y eso lleva a las empresas a abaratar los costes de producción. En resumen, que el precio lo acaba pagando el medio ambiente o la mano de obra con unos derechos laborales muy limitados.
Estas consecuencias también son palpables en el pequeño comercio y las pymes, que se sienten obligadas a tirar sus precios para poder competir contra las grandes. Sin embargo, puede ocurrir todo lo contrario y que acaben perdiendo dinero al tambalear sus márgenes de beneficio.
Hablemos del Green Friday
En 2019 varios grupos ecologistas, ONGs, organizaciones y representantes de la Comisión Europea lanzaron a nivel mundial la campaña del Green Friday, para promover un consumo ético y consciente entre la ciudadanía durante estas fechas.
Las marcas sostenibles y responsables son las que más se han unido a esta iniciativa ‘antagonista’ al Black Friday, como Patagonia, Sepiia o Ecoalf. Y entrecomillamos porque no deja de ser un estímulo para consumir en fechas señaladas, aunque promueva el pensamiento crítico y el consumo responsable.
El papel del marketing verde en estas campañas
¿Te das cuenta que tienen en común las 3 marcas que mencionamos antes? Desde sus inicios siempre han tenido la sostenibilidad como base y han sabido comunicarlo. Toda su imagen está alineada a su filosofía, valores y propósito.
Por ello, sus campañas también son exitosas, porque son coherentes con lo que son y con lo que transmiten, no se trata de una acción puntual de greenwashing. Por ejemplo, el año pasado Ecoalf lanzó su campaña de Green Friday bajo el lema «Rompe el hábito, no el planeta» y Sepiia creó el «Transparency Friday» donde resaltan la importancia de ser transparentes y tener un precio justo todo el año. Y sobre todo, estas acciones juegan con la creatividad, tienen una estrategia detrás, son fieles a su personalidad y no se limitan a unirse a una campaña solo porque sí.
En resumen…
- Premiar a tus clientes con descuentos y ofertas es positivo, pero siempre que no pongan en riesgo perder dinero.
- El branding (conjunto de técnicas que se utilizan para construir la imagen de una marca, desde lo genérico hasta el más mínimo detalle) y la comunicación juegan un papel fundamental para transmitir la filosofía de la organización los 360 días del año.
- El consumidor verde es una persona informada, concienciada con su estilo de vida, fiel a sus principios y difícilmente se deja llevar por ofertas innecesarias. ¡Tenlo en cuenta para tus campañas! 😉
- Lo que siempre decimos, antes de lanzarte a crear campañas, enfoca la comunicación socioambiental y el marketing de tu organización con una estrategia. Si no sabes cómo hacerlo, pídenos ayuda a golpe de click.
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